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TIWINTZA y el fin de una historia
REPASEMOS BREVEMENTE LA HISTORIA:

Quizá este conflicto limítrofe se remonta a la cédula real de los años 1802 y 1803; también podemos marcar como antecedente el Virreinato de Perú; sin embargo, no se estaría hablando de un conflicto entre Ecuador como tal, pues este sólo existe desde 1830 en que se separa de la Gran Colombia.
En 1860 se da el conocido Tratado de Mapasingue, el cual ratificaba los límites de la Cédula Real de 1802 en lo que correspondiente al territorio de Mainas y la navegación de los ríos del oriente de la cordillera.
“En 1887, por insinuación de su gobierno, el Plenipotenciario peruano don Emilio Bonafaz, en Quito propuso al Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Dr. Modesto Espinosa, un arreglo de límites. En efecto, el Convenio se suscribe el 1 de Agosto de 1887, conocido como el Convenio Arbitral Espinoza-Bonafaz. Se acordó someter el problema limítrofe al arbitraje del Rey de España, Alfonso XIII. El propósito era de que el Rey aclare los puntos que se estimaban dudosos acordados en el Tratado de Guayaquil (Tratado Larrea-Gual), el 22 de Septiembre de 1829, fijándose un plazo de 12 meses para que ambos países presenten sus documentos ante el Rey”[1]; este arbitraje no tuvo lugar por falta de ratificación.
Ciertamente el conflicto que más marco la historia de ambos países fue el de 1941, en el que se dice que “Perú había formado una unidad de paracaidistas en la zona e hizo uso de ella en el primer combate en el hemisferio sur donde intervinieron tropas aerotransportadas, que produjo la toma de Puerto Bolívar el 31 de julio de 1941”[2].
Posteriormente, bajo las presiones peruanas, el presidente de ese entonces de Ecuador, doctor Carlos Alberto Arroyo del Río, por medio de su canciller Julio Tovar Donoso, suscribió el Protocolo de Río de Janeiro en 1942.
A partir de este protocolo se ha creado una verdadera identidad nacional en el Ecuador, la cual constantemente ha rechazado el mencionado documento y a su vez ha pedido que se declare la nulidad del mismo, pues según este, se le ha despojado ala Ecuador de más de doscientos mil kilómetros cuadrados en la zona oriental; “la combinación de las actitudes ecuatorianas y peruanas traía consigo el germen de posteriores enfrentamientos no sólo diplomáticos, sino también militares. Ecuador, al ver sus protestas desoídas, tanto por parte de Perú como de los países garantes, empezó a crear un sentimiento de inconformidad, clamando el derecho a una reivindicación nacional, simbolizado a través del intento de buscar una "salida soberana" al río Amazonas, concepto que de por sí implicaba el derecho a exigir, cuando menos, un corredor de tierra hacia el río Marañón”[3].
En 1981, se da una guerra no declarada en Paquisha, guerra que duró aproximadamente 16 días y que no trajo mayores consecuencias. El cese al fuego en esta intervención armada, se la logro en el seno de la Organización de Estados Americanos, en febrero de 1981.
El último de los conflictos armados entre Perú y Ecuador y el que dio lugar a la firma definitiva de una acuerdo de Paz, fue en 1995 en Cenepa, de igual manera que Paquisha, este fue un conflicto no declarado; “Ecuador desplegó unos 2,000 efectivos en la zona. El 17 de febrero, los países integrantes del Protocolo de Río de Janeiro mediaron un acuerdo de cese al fuego y separación de fuerzas, que debió ser ratificado el 28 de febrero en Montevideo ante la continuación de los combates. Los combatientes se habían retirado de la zona del Cenepa ya para el 5 de mayo de 1995. El 4 de agosto se hizo efectiva una zona desmilitarizada”[4], al parecer todo llegó a su fin.
Es notorio como el Ecuador es el gran perdedor de la historia de estos conflictos; y es que este a diferencia del Perú, ha basado sus negociaciones y políticas desde un punto de vista liberal, contrario a lo que han realizado los diversos gobiernos del Perú, quienes se han fundamentado generalmente en la teoría realista.
Miremos esto desde un punto de vista realista, la misma que asegura que “las relaciones internacionales no tienen que ver con la justicia sino con los intereses, las necesidades y las realidades. El sistema es amoral”[5]. Partiendo de esto, se puede conocer que el Perú, ha respondido a sus intereses y no a los posibles lazos de amistad que le pudieron unir en un determinado momento con nuestro país, ya que según esta teoría, cada Estado debe velar por sus intereses basados en el precepto de que “cada Estado es unitario e interactúa con otros”[6].
Del mismo modo, se puede colegir que los gobiernos de Perú, especialmente el del presidente Fujimori, el cual más que una teoría realista como tal, empleo una teoría de realismo ofensivo, que sugiere que “el poder relativo de los estados es más importante que el poder absoluto. Los líderes de los países deben seguir políticas de seguridad que permitan el debilitamiento de sus potenciales enemigos e incrementar su poder relativo frente a los otros”[7]. Con esto, Perú inicia una carrera armamentista contra el Ecuador, con al cual genera una especie de protección a una posible intervención armada, marcando una notoria supremacía militar en relaciones a nuestro país, dejando entrever que definitivamente para el Ecuador no sería factible ofrecer resistencia en caso de las armas.
Por su parte, Ecuador ha basado sus políticas en la teoría liberal, “la cual es primariamente una teoría de gobierno que busca el orden (seguridad) y la justicia (igualdad) dentro de una comunidad particular”[8]; es decir, nuestros gobiernos a lo largo de la historia, han buscado una solución protocolaria al conflicto territorial, basados en la idea de un mundo justo con igualdad entre Estados; o, con conocimiento muy claro de un Ecuador militarmente débil y a la vez pobre como para sustentar un conflicto armado con el país vecino.
A pesar que, la teoría liberal “presta más atención a las estructuras domesticas y a las diferencias individuales de cada Estado”[9], el Ecuador, ha tenido una perspectiva muy amplia a nivel internacional y constantemente ha estado con predisposición a un dialogo con la finalidad de encontrar una salida viable al conflicto.
No obstante lo que ha realizado Ecuador, este siempre ha sido el gran perdedor en todo tipo de intervenciones sean de carácter diplomático o sean intervenciones armadas.
Quizá esta sea la principal razón por la que nuestro país constantemente ha tenido la política de encontrar una solución pacífica al problema solicitando la intervención de los países garantes, de la OEA, incluso en la presidencia de Rodrigo Borja, se solicito un arbitraje papal, el cual no se llego a dar; a pesar de esto, Ecuador se ha mantenido firme y constante en su busca de un acuerdo pacífico que traiga nuevos días a estos dos países; esto, siempre basados en el principio de Cooperación Internacional, “el cual si bien su validez es cada día más creciente en las relaciones entre países, aun resulta arriesgado definirla exactamente determinando con rigidez sus limitaciones, condicionamientos y perspectivas”[10].
TRATADO DE PAZ:
Finalmente en Brasilia – Brasil, el 26 de octubre de 1998 se firma el acuerdo definitivo de paz entre los dos países, el cual genero amplia expectativa en toda la región latinoamericana, ya que esto era de interés también para generar mejores relaciones a nivel sudamericano.
Con la firma de este tratado, no solo se logra la paz militar, sino que se logra mayor desarrollo e integración entre estos dos países, acuerdos como:
“Tratado de Comercio y Navegación, Acuerdo Amplio Peruano Ecuatoriano de Integración Fronteriza, Desarrollo y Vecindad; el Convenio sobre Tránsito de Personas, Vehículos, Embarcaciones Marítimas y Fluviales y Aeronaves; la Estructura Organizativa del Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza; los Programas del Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza; y, la Estructura Organizativa del Fondo Binacional para la Paz y el Desarrollo. El Proyecto de Acuerdo para el Desarrollo de un Programa de Cooperación Técnica en el Área Pesquera; entre otros”[11].
Esto ha generado que las relaciones de amistad entre estos países se vayan fortaleciendo de a poco o al menos eso pareciera en el entorno internacional.
Muchos pueden ser los beneficios que se han logrado con la firma de este acuerdo definitivo de paz, y es que quizá el principal es la aparente seguridad de que no existirá una nueva intervención armada por parte del Perú a nuestro territorio, lo cual genera mayor calma a la población ecuatoriana y a la vez un ahorro en el gasto local, pues no se requiere de mayores inversiones en armamentos.
Adicionalmente, la firma del acuerdo de paz, permite al Ecuador desviar su atención a otro tipo de políticas internacionales como las económicas, de integración, etc.
Al parecer la amenaza de un nuevo conflicto armado ha desaparecido y se ven nuevos bríos en la relaciones con el país vecino.
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_Per%C3%BA-Ecuador
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_Per%C3%BA-Ecuador
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_Per%C3%BA-Ecuador
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_Per%C3%BA-Ecuador
[5] LOPEZ CONTRERAS, Jimmy, ECUADOR – PERU, Antagonismo, negociación e intereses nacionales, Editorial Abya – Yala, octubre del 2004.
[6] Ibidem, pág. 123.
[7] Ibid, pág. 142
[8] Ibid, pág. 144
[9] SMITH, Steve y otros, FOREIGN POLICY: theories, actors, cases, Oxford University Press, 2008.
[10] CARRION MENA, Francisco, POLITICA EXTERIOR DEL ECUADOR Evolución, teoría y práctica, Ed. Universitaria, Quito – Ecuador, 1989.
[11] LOPEZ CONTRERAS, Jimmy, ECUADOR – PERU, Antagonismo, negociación e intereses nacionales, Editorial Abya – Yala, octubre del 2004.